1. Las personas se acostumbran: habituación
Tony Fadell expone en su charla que los seres humanos tenemos una tendencia a sorprendernos cada vez menos al experimentar incomodidades o problemas. La primera vez que usted compra una manzana en un supermercado puede que le moleste el sticker o adhesivo que trae. Pero, conforme sigue consumiendo frutas, cada vez pone menos atención a este problema. Nos acostumbramos y tendemos a asimilar las experiencias dentro de un genérico "tal vez así es como funciona la vida".
Más que acostumbrarnos, en la medida que construimos hábitos al rededor de las incomodidades estas se vuelven de alguna forma "invicibles" al punto que usted podría no volver a notarlas después de un tiempo.
Otro ejemplo de Fadell nota lo extraordinario del parabrisas. Antes del primero, inventado por Mary Anderson, parecía un hecho natural de la vida que los autos cálidos tuvieran que llenarse de frio al abrir las ventanas para aclarar el frente en una noche lluviosa.
A esta condición estilizada Fadell la llama habituación. Es útil no tener que considerar en detalle cada paso de la vida. Por eso, las experiencias predecibles son enmascaradas por los hábitos que formamos a su alrededor. No obstante, esto hace que los puntos de dolor queden ocultos por un velo que dificulta identificar los problemas cuando volvemos a observarlos.
A continuación, están parafraseadas y comentadas desde mi experiencia las tres estrategias que recomienda Tony para sobreponerse a la habituación al iniciar un proceso de diseño. Con algo de práctica, comenzará a ver problemas que intervenir donde antes habían sido naturalizados.